La agencia suspendió todos los vuelos del avión en marzo del 2019, después de dos accidentes fatales que se atribuyeron a un software de control de vuelo defectuoso.
Un total de 346 personas murieron en los choques en Indonesia y Etiopía.
El avión modificado ya ha sido autorizado para la reanudación de vuelos en Estados Unidos y Brasil.
El director ejecutivo de la EASA, Patrick Ky, dijo que era probable que siguiera una certificación separada de la variante Max-200 en las “próximas semanas”, lo que permitiría que los vuelos se reanudaran antes del verano.
El primer accidente del avión ocurrió en octubre de 2018, cuando un avión de Lion Air cayó en el mar frente a Indonesia.
El segundo involucró una versión de Ethiopian Airlines que se estrelló poco después del despegue de Addis Abeba, solo cuatro meses después.
Ambos se han atribuido al software de control de vuelo que se activó en el momento equivocado y provocó que la aeronave se hundiera catastróficamente.
Desde el accidente de Etiopía, EASA ha estado llevando a cabo una revisión de raíz y rama del diseño del 737 Max, independientemente de un proceso similar llevado a cabo por el regulador estadounidense, la Administración Federal de Aviación (FAA).
Para volver al servicio, los aviones existentes ahora deberán estar equipados con un nuevo software de computadora, así como experimentar cambios en su cableado e instrumentación de la cabina.
Los pilotos deberán someterse a un entrenamiento obligatorio, mientras que cada avión deberá someterse a un vuelo de prueba para garantizar que los cambios se hayan realizado correctamente.
Los reguladores estadounidenses han establecido condiciones similares.